jueves, 30 de octubre de 2008


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

ZAGUANILLO


 


 


 

Lo que vas a leer, no es un libro, son apuntes que algún día tendrán la ilusión de serlo.

Si estuviese acabado, redondamente terminado, sería una realidad,

y no debe ser otra cosa que un impulso, una semilla de algo agradable

que intenta nacerme en el corazón.

No quiero dejarlo crecer, sería razonable, y con la razón vendrían los disgustos.

Es la sombra de mi alma que alguna vez se sienta a charlar con la tuya

cuando la luna de la poesía las agranda y las aumenta.

Desearía que pase por tu vida suave como un beso;

ese beso que damos con el "hasta luego";

porque ni siquiera cabe el "hasta mañana",

que sería demasiado largo.

El vuelo de su tirada está cortado para que no salga

de nuestra intimidad y quede sólo en recordatorio de nuestras charlas,

nuestro cariño, nuestro amor, y en los pensamientos de los que más de una vez,

sin apenas darnos cuenta, hablamos de nosotros.

Por lo demás no cabe otro diálogo que el del mimo de luz de quien es mi estrella

y el abrazo profundo de quien es mi amigo.

Léelo, cuando tengas un ratito de soledad.


 


 

                        José María.

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