miércoles, 14 de diciembre de 2016

ILUSTRES EXTREMEÑOS

ALONSO DE MENDOZA

(La Garrovilla, Badajoz, c. 1480-1490-Tipuani, Bolivia, mayo de 1550) fue un capitán y conquistador español. Fundó la ciudad de La Paz, Sede de Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, por mandato de Pedro de la Gasca, El Pacificador, para ensalzar su gesta de pacificar las colonias americanas. El nombre de la ciudad conmemora la restauración de la paz, cuatro años antes, después de la insurrección de Gonzalo Pizarro y su hermano Francisco contra Blasco Núñez Vela, primer virrey del Perú.

Formó parte de los que salieron de España atraídos por las noticias acerca de las riquezas que atesoraba el llamado Nuevo Mundo, las aventuras de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, que habían conquistado el Imperio inca en un inmenso continente en que aún quedaba mucho por descubrir y ganar.
Según algunas fuentes Mendoza luchó, como parte del Ejército español, en Alemania e Italia. Luego viajó a las Indias a princpios del siglo XVI, estableciéndose en Cuba cuando era gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. El nombre Alonso de Mendoza aparece en un documento de Guanuco (Cuba) de 1520. Luego estuvo en México bajo el mando de Hernán Cortés; en México se estableció en San Esteban del Puerto, de donde fue desterrado por levantisco y alborotador.
Luego se dirigió a Perú, donde su natural inteligencia, su don de gentes y su simpatía personal le acercaron a Francisco Pizarro, entonces en guerra con Diego de Almagro. Así, combatió en la batalla de las Salinas contra el propio Almagro y en la batalla de Chupas, en la que pereció el hijo de éste Diego de Almagro el Mozo. Estos y otros hechos de armas, en los que mostró su valor y valía, le llevaron hasta Chuquisaca, donde sería gobernador.
Logrados sus propósitos, el enviado del rey, De la Gasca, notificó al capitán el 7 de abril de 1548 que había sido designado para fundar una nueva ciudad, proporcionándole, además, una nómina de quienes concurrirían con él a la solemne ceremonia. La misión que se le confiaba era importante en sumo grado, pues culminaba sus ambiciones. En ese tiempo, también, era poseedor de productivas minas de oro en la región de Tipuani.

Mendoza decidió fundar la nueva ciudad en un valle ubicado en el medio al altiplano boliviano, en el que se situaba la localidad indígena Chuquiago Marca. La Paz conmemora la restauración de la paz, cuatro años antes, después de la insurrección de Gonzalo Pizarro contra Blasco Núñez Vela, primer virrey del Perú.
Sin embargo, debido a dificultades en el viaje, la ciudad fue fundada oficialmente en Laja, un poblado indígena ubicado en el altiplano andino, árido y frío, a 36 kilómetros de La Paz. Allí Mendoza preparó los requisitos y presidió los actos fundacionales el 20 de octubre de 1548. En el acta de fundación Alonso de Mendoza actuó como justicia mayor y se nombraron los regidores de la nueva población, Nuestra Señora de La Paz. Poco después la localidad se trasladaría a su ubicación actual .
En ese mismo año Alonso de Mendoza tuvo que actuar contra un levantamiento de indios en Potosí. Se ignora si fundada la población de La Paz volvió al gobierno de Chuquisaca, pues en mayo de 1550 murió en su encomienda de Tipuani.

LUSTRES EXTREMEÑOS

ADELARDO COVARSI YUSTAS (Badajoz 1885 - 1951)
La figura de Adelardo Covarsí debe ocupar un espacio privilegiado en el panorama de la pintura y de la cultura extremeña de la primera mitad del siglo XX. En el ámbito de la pintura porque fue - junto y a la par que Eugenio Hermoso - el más genuino representante del costumbrismo y regionalismo extremeño. En el momento histórico y artístico en el que le toco vivir, cuando las aguas de la pintura se agitaban discurriendo por cauces tan distintos como la tradición pictórica y las nuevas vanguardias, cuando éstas brotaban con fuerza desde los dos centros artísticos europeos más pujantes, esto es, Roma y París; nuestro pintor, conociendo tanto las corrientes renovadoras como la pintura clásica, optó por la tradición y se mantuvo firme en su arte, que, a su vez, había sido innovador respecto a algunos géneros decimonónicos.
A Covarsí debe recordársele también por su contribución en otros ámbitos de la cultura extremeña. Sus publicaciones testimonian su interés y su esfuerzo por el patrimonio artístico y arqueológico extremeño. Sus estudios sobre Luis de Morales y otros pintores badajoceños, así como los dedicados a los monumentos de la Baja Extremadura han sido básicos en nuestra historiografía regional.
Covarsí fue Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, miembro de la Comisión Provincial de Monumentos de Badajoz, Vicepresidente de la Junta de Monumentos de nuestra provincia, Presidente del Patronato Local de Turismo y Delegado Provincial de Bellas Artes desde 1934. En todos estos cargos desarrolló una acertada labor asesora y una gestión eficaz en pro de nuestro patrimonio.
Fue profesor y director de la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, la cual, hoy, merecidamente, lleva su nombre. Desde 1919 y hasta su muerte, acaecida en 1951, fue primer director del Museo de Bellas Artes de Badajoz, en donde realizó un espléndido trabajo, del que aún hoy se percibe su huella en esta institución.
Covarsí fue, en fin, un destacado pintor, viajero incansable, escritor comprometido, asesor artístico imparcial, conferenciante elocuente, docente que creó escuela y gestor eficaz. Fue un hombre culto, sencillo, trabajador incansable, ampliamente galardonado y maestro de otros importantes pintores extremeños.
Covarsí, como era habitual en su época, participó en numerosos certámenes y exposiciones de pintura, y fue galardonado en muchas ocasiones. Recuérdese, al menos, que obtuvo Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Panamá de 1916 y en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, fue Primera Medalla en la Exposición Nacional de 1948, obtuvo Segunda Medalla en 1922, Tercera Medalla en 1908 y 1912, fue Medalla de Plata en la Exposición Hispano -americana - francesa de Zaragoza de 1908, Medalla de Bronce en la Internacional de Buenos Aires de 1910, obtuvo Menciones honoríficas en 1906 y en 1929, fue condecorado en 1908 y 1920, etc.
El nombre de Covarsí se asocia inconsciente e inmediatamente a lapintura de caza, esta asociación es correcta pero incompleta por cuanto el pintor fue tan prolijo en otros temas como en el venatorio. No obstante, la caza como inspiración y como ocio fue determinante para el pintor; en este tema arranca con obras en las que la figura humana se impone al paisaje, que en estos primeros lienzos sólo se utiliza como fondo de los mismos. Son la figura humana, con sus armas y pertrechos de caza, las rehalas de perros, los caballos y las piezas cobradas los elementos principales de la composición; estas últimas son captadas antes o después de la acción, nunca en el acto mismo de ser abatidas; no encontraremos aquí escenas cruentas, ni momentos de agonía o muerte, con la misma dignidad con que se representa a cada personaje, cada uno en su rol, se representan también las piezas abatidas.
Imperceptiblemente, la figura humana, los caballos porteadores, los perros y las piezas van cediendo espacio y protagonismo en favor del paisaje, hasta el punto de que algunas veces resulta difícil clasificar el lienzo entre una escena de caza ubicada en un amplio paisaje o un paisaje con figuras o escena de caza.
El retrato constituye otro bloque temático y está constituido tanto por el retrato de encargo como por los que dedicó a sus familiares. El último bloque se refiere a escenas costumbristas y a otras obras no clasificables en los grupos anteriores y que fueron incursiones esporádicas del pintor en otros temas.
R.H.N.